Estaba saliendo de la clase de inglés, una tortura total, camino a sala vip* en la universidad, antes de subir las escaleras veo a un grupo de personas frente al televisor de la cafetería y escucho a uno de ellos decir: “A Magaly” y otros decir: “Sí, la meten cinco meses”. Mi innata curiosidad hizo que me acercara y fue entonces cuando pude ver en el noticiero de canal N a Magaly Medina siendo trasladada, esposada, a la carceleta del poder judicial en el centro de Lima. Luego escuché que había sido sentenciada a cinco meses de prisión efectiva por el delito de difamación en el juicio penal planteado por Paolo Guerrero, por las declaraciones que Medina hiciera producto de unas fotos tomadas al futbolista por uno de sus fotógrafos y publicadas en la revista Magaly teve, dirigida por ella misma. Noticia ya conocida.
Lo que me desconcertó en ese momento fue ver a la reina del chisme, el raje y de cholywood, esposada, tratando de sonreír y mostrar una imagen rígida, llegando a declarar en un momento que es el precio por decir la verdad. Definitivamente esas imágenes me causaron pena e incertidumbre pues no he sabido de una persona que haya sido sentenciada por difamación a una pena de reclusión efectiva de la libertad.
Siendo Magaly la que está en esta situación, sin duda deben haber personas públicas que se alegran y felicitan el fallo de esta inexperta jueza suplente del 27 juzgado penal de Lima, porque en algún momento fueron víctimas de los ya famosos “ampays” que sacan a la luz casos de infidelidad, redes de prostitución, juergas de futbolistas, etc. A pesar de que su trabajo sea muy criticado por destrozar matrimonios y catapultar a personajes públicos a la indiferencia de los medios, no deja, en una opinión personal, de darme pena y causarme desconcierto por un tema que pudo solucionarse de una mejor manera de modo que ahora su pueda hablar de temas de verdadera importancia como la corrupción que se dejó al descubierto por los petroaudios o las obras viales que está construyendo la comuna de Lima, que serían las más caras del mundo siendo este un país todavía tercermundista.
La Medina dijo que está siendo utilizada por el gobierno para levantar una cortina de humo haciendo que se deje de lado los temas de verdadera relevancia nacional para distraer la atención de la población, declaración con la que no estoy de acuerdo pues ellos mismos postergaron la fecha de sentencia. Al menos de que este sea un caso extraordinario, en el Perú cualquier cosa puede pasar, estamos en el mundo de las maravillas.
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